Los cuentos me conquistaron. Yo no pensé que eso pudiera ocurrir pero un día conté, el público me miró y ya no pude dejar de hacerlo. Soy narradora porque creo en el poder de las palabras dichas y mostradas, porque creo que los cuentos son el mejor regalo que se le pude hacer a alguien y porque contando me siento más feliz.
Llegué tarde a los cuentos, o quizá es que llegué en el momento adecuado. Me formé en Literatura Infantil, animación a la lectura y narración oral y no empecé a contar hasta que no tuve algo propio que decir. Sigo en constante formación porque creo que nunca se termina de aprender a nada en esta vida y a contar, tampoco. Cada día que cuento aprendo algo nuevo. Cada día que no cuento, también.
En los cuentos encuentro respuestas pero también me provocan muchísimas preguntas. Darle forma a un cuento es el trabajo más gratificante que he hecho en toda mi vida y cuando ves el resultado en la mirada de un niño o de un adulto, cuando sientes que la magia está entre esa mirada y la tuya, entonces es cuando sabes que ese es tu camino y no hay ninguno más.
Me he especializado en primera infancia: bebecuentos, sesiones familiares, sesiones escolares y sesiones infantiles. Soy profesora de teatro infantil y dramatización para niñas y niños de 3 a 7 años. Realizo talleres de animación a la lectura en bibliotecas de la Comunidad de Madrid y de Castilla La-Mancha para niños y niñas de 3 a 12 años.
Cuando con 20 años dije que quería ser cuentacuentos me dijeron que hablaba demasiado bajo. Ahora se que con los silencios también se cuenta.