Ya está aquí el carnaval (II)
De carnaval en carnaval
En pleno carnaval, seguimos acercando, gracias al trabajo de nuestro compañero Roberto Mezquita, las tradiciones en torno al carnaval en Navarra.
Por destacar algunos de los multicolores carnavales navarros, citaremos algunos de los que por razones diversas nos parecen más interesantes.
Los Momotxorros de Altsasu-Alsasua
El martes de carnaval, las calles de esta población son invadidas por unos personajes que portan cuernos de vaca embutidos en un cesto, mientras, una gran piel de oveja les cubre toda la espalda. Son los momotxorros, ataviados como colofón y sobre una camisa blanca con una tela ensangrentada, que han pintado, introduciendo previamente los brazos en un recipiente con sangre animal. Van además armados con una horquilla de madera para hostigar a la gente.
Parte de los momotxorros, representan una escena de labranza ritual, cuya pretensión es asegurar mágicamente la fertilidad de los campos, evitar enfermedades del ganado y estimular la energía del nuevo año que renaces y que manifestará su esplendor en la próxima primavera.
Personajes similares a los momotxorros, se encuentran en otros lugares del norte, como los zamarrones asturianos, los zamarreros gallegos o los guirios y campaneiros de la Maragatería.
Bera de bidasoa. Nodrizas, cíngaros y peregrinos
Dos largas hileras de inudek (nodrizas) y artzaiak (pastores) recorren las calles de Bera, con una clara transgresión sexual; pues las nodrizas son chicos disfrazados, y, por el contrario, los pastores son muchachas. La comitiva repite constantemente tres bailes y dos canciones, mientras en determinados momentos los/las nodrizas arrojan bebés-muñecos lo más alto posible en medio de expresiones guturales.
Esas mismas calles, y una semana antes del Domingo de Carnaval, ven aparecer una comparsa completada por cíngaros u caldereros, para acabar celebrando en la plaza del ayuntamiento una simulación de boda, repleta de juegos y canciones.
Conviene destacar, que, en esta localidad, los niños disfrutan de un día propio, el Jueves Gordo, en la semana anterior al miércoles de ceniza. Los niños, convenientemente disfrazados, piden por las calles para hacer una merienda. Y lo hacen al modo de los viejos peregrinos del Camino de Santiago, uno de cuyos ramales secundarios pasa por Bera.
Miel Otxin, el Bandolero de Lantz
Uno de los carnavales navarros más conocidos y frecuentados, sucede a unos veinte kilómetros de Pamplona, en el pueblecito de Lantz, y donde se desarrolla la muerte y quema de su personaje central: Miel Otxin. Considerado un bandido de la zona, al que se ajusticia por sus pretendidos crímenes. La quema de este y otros personajes en el periodo carnavalesco, podría simbolizar el final de viejas energías y males, para comenzar un nuevo ciclo.
Miel Otxin, que llega a alcanzar tres metros de altura, está conformado en su esqueleto por dos ramas de hayas transversales, que se rellenan de heno y helechos. Viste blusa estampada, pantalón azul, faja roja, polainas de cuero y está tocado con un gran gorro cónico, hermosamente adornado. A su alrededor, se agrupa un singular cortejo con figuras ataviadas de llamativas y multicolores ropas, extravagantes complementos y con las caras tapadas por telas y sacos; una de las cuales porta sobre sus hombros al gigante.
El martes de carnaval, ya desde la mañana, recorren todo el pueblo, interpretando al txistu la marcha de Miel Otxin, confluyendo en el frontón. Al atardecer, la peculiar comitiva vuelve a ponerse en marcha por toda la localidad, para regresar al frontón, dónde disparan con escopetas a Miel Otxín, que se desarma y cae, para ser entonces destripado y quemado. Alrededor del fuego, comienza entonces una danza ritual, la mutil-dantza (baile de los muchachos) que se prolonga por horas y hasta que de la hoguera y de Miel Otxín, no queda más que ceniza.
En la localidad de Estella, también tienen a su bandido, Aldabika, al que igualmente acaban quemando, mientras cantan y bailan al son de las gaitas(nombre local de la dulzaina), una canción que dice: ¡Urí, urí, urá! /¿Quién ha roto la chocolatera? / ¡Urí, urí, urá!, Aldabika, Aldabika/ ¡Urí, urí, urá!, quien la ha roto la pagará. ¡Urí, urí, urá!, ihauteriak gora (viva el carnaval).
Cencerros para convocar la primavera
Es este un carnaval arcaico, donde los haya, que se desarrolla por las orillas del río Ezkurra y que ejemplifica una fuerte conexión con las fuerzas telúricas.
El primer lunes que sigue al último domingo de Enero, de la localidad de Zubieta, sale una doble hilera de personas en cuyas vestimentas, destaca su pantalón azul, cubierto por enaguas almidonadas y sobre todo, un hermoso gorro cónico de un medio metro de altura, cubierto de cintas multicolores. En la cintura, se han colocado una gruesa piel de oveja, sobre la que sujetan dos grandes cencerros. El cortejo se dirige a la cercana localidad de Ituren, mientras hacen sonar incesantemente los cencerros de un modo hipnótico. A mitad del trayecto, desde Ituren, sale a su encuentro un grupo similar para acompañarle y llegar juntos a destino.
Y al día siguiente, son los de Ituren, quienes se acercan hasta Zubieta en manera idéntica, produciendo entre todos, un sonido desbordante y etérico.
Si se añade al impresionante ritmo de los cencerros, el hecho de que sus portadores, se acompañan también de un rustico hisopo, parece evidente que el objetivo, no sería otro que conseguir la protección contra los malos espíritus e intentar despertar las energías adormecidas de la tierra, purificarla y bendecirla.
IHAUTERIAK GORA!!! ¡VIVAN LOS CARNAVALES!
*Fuente foto de portada: Wikipedia
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