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Una iniciativa para contar y acompañarnos

Una mujer se prepara para dedicar una hora a llamadas telefónicas. Hasta aquí su historia no tiene nada de particular. Podría ser la de cualquiera de quienes estos días pasamos horas y horas en casa. Pero ella tiene a mano, además del móvil con la batería llena, una mesa repleta de libros, apuntes y el ordenador abierto para consultar si hiciese falta. Ella es narradora, es martes y está lista. Como casi 30 colegas más, para los “Cuentos para acompañarnos”.

Esta imagen muestra lo que llevan viviendo un buen puñado de narradores y narradoras de nuestra asociación desde principios de abril. Y debido a la buena acogida del proyecto, se han tenido que unir más colegas de otras partes de España. Todo para llegar, durante el confinamiento, a las más de 80 personas, de diversos colectivos especialmente vulnerables. Personas usuarias de hasta 5 entidades sociales diferentes con las que colaboramos. Y con cada llamada telefónica se intenta llevar un soplo de aire fresco, a través de cuentos, poemas, canciones… o simplemente charlar de la vida.

¿Cómo surgió?

Todo comenzó tras la experiencia de “Cuentos por teléfono” y “Poesía por teléfono” que llevamos a cabo en marzo. Aquello había dejado a quiénes participaron un sabor de boca espléndido y querían continuar. Pero se estimo que había que buscarle un nuevo encaje dentro de la actividad tanto de la asociación como de sus asociados.

Finalmente, tomamos la decisión de llevar a cabo una acción enfocada a personas socialmente vulnerables. Y para ello se vio oportuno contactar con entidades sociales que trabajasen con la población objetivo (con algunas de ellas gracias al contacto de algunos socios y socias).

Así, se generaron los primeros listados de personas, con contactos facilitados a la asociaciones colaboradoras: Solidarios para el Desarrollo, Cruz Roja, Fundación Grandes Amigos, Asociación Ikal y Amics de la Gent Gran. Todas ellas son organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan con colectivos vulnerables. Y que acogieron con entusiasmo la propuesta.

Sobre la iniciativa

Como decíamos al principio, en este proyecto participan casi 30 narradores y narradoras, con larga experiencia en el mundo de los cuentos contados de viva voz. Se arrancó solamente con socios y socias de MANO. Pero por el volumen de personas en los listados que nos pasaban las entidades, se unieron a participar colegas de otras partes de España, gracias a la relación que mantenemos con el resto de asociaciones.

Cartel "Cuentos para acompañarnos"

En cuanto a su periodicidad, una vez a la semana ponemos la maquinaria en marcha. Cada cuentero o cuentera tiene una media de tres llamadas, en un un horario ajustado también a las necesidades de los receptores. Y a través del teléfono se va tejiendo semana a semana una red invisible de historias de ida y vuelta que conectan diferentes lugares de España (Barcelona, Sevilla, Madrid, Granada, Alicante, Canarias… ).

Esa red invisible, además, genera un vínculo con las personas receptoras que se va construyendo poco a poco. De hecho, requiere un tiempo familiarizarse con las llamadas y con quien las realiza. Por ello, las personas a las que se llama siempre son avisadas y otorgan su consentimiento a las entidades por las que son atendidas (con las que colaboramos para llevar a cabo la iniciativa).

Lo positivo de la repetición es que favorece el conocimiento del otro, la confianza y la complicidad, siempre intentando no traspasar los límites. Entre otras cosas porque los “Cuentos para acompañarnos”, al menos en el formato en el que se realizan en la actualidad, terminarán el último martes de mayo coincidiendo con el alivio de la situación de confinamiento.

Por último, indicar que entre la gente que recibe este servicio hay muchas mujeres mayores que están pasando el confinamiento en soledad, personas sin hogar de todas las edades, refugiados, familias con niños en situaciones complicadas… En definitiva, cada cual “de su padre y de su madre”, como se suele decir. Pero una diversidad que genera experiencias muy ricas y variadas.

Sobre la experiencia

De ambas partes, esta experiencia se percibe como “un regalo”. Al principio se planteaba como contar cuentos por teléfono, pero finalmente no solo se trata de eso. Se ha convertido en un intercambio de historias, emociones y una toma de conciencia de otras realidades.

Sin embargo, en ocasiones la comunicación también puede resultar ardua. Los narradores y narradoras se han encontrado durante este tiempo con personas deprimidas a las que no siempre les apetece hablar. O gente que no recuerda haber dado su permiso para ser llamada, y cuelga pensando que es una broma

Cartel Día del Libro Asociación MANO
Cartel «Día del Libro», con fotos de socios y socias participantes (Diseño: Israel Hergón)

También hay quienes no tienen un interés real por conversar o que les cuenten historias. Y algún que otro caso un poco difícil. “Si vuelven a llamar, diles que me ido a vivir a Alemania”, le decía una señora con alzheimer a su hija tras una charla con una de las narradoras que participan en el programa (y que esta escuchó sin pretenderlo).

Pero la mayor parte de las llamadas son un acontecimiento humano impagable. No es extraño que algunas duren cerca de una hora. Que, a ambos lados del aparato, en un tú a tú, se produzca un intercambio telefónico e íntimo. Un encuentro en el que se cuenta, se canta o se recita prácticamente de todo.

Compartiendo algunas experiencias

Como decíamos, durante este tiempo, se han sucedido multitud de experiencias ricas y variadas. Y queremos compartir algunas de las que ha compartido quiénes participan. Experiencias que van dejando en el grupo de WhatsApp que comparten. Y que motivan, emocionan, remueven y, sobre todo, sacan sonrisas.

Es 12 de mayo, el cuarto martes que la narradora Beatriz Aguado realiza varias llamadas de “acompañamiento cuentero”. Contacta con un hombre sin hogar de mediana edad que vive en Sevilla. Siempre se ha mostrado receptivo, pero hoy se siente aún más cómodo con la llamada y la está esperando con un libro que ha encontrado en la residencia donde se encuentra. “Me quería contar unos cuentos”, explica Beatriz. “Ha sido muy muy bonito. Me ha dicho que hacía mucho tiempo que no leía y que la semana que viene quería contarme más”.

El cuentero Israel Hergón, por su parte, habla con una señora mayor un poco desconfiada y a la que le cuesta abrirse y contar de su vida, pero martes a martes, cuento tras cuento, se van conociendo un poco mejor y va descubriendo nuevas facetas de su interlocutora: trabajó de enfermera en el extranjero y le encanta la serie “Amar es para siempre”.

Anselmo Sainz llama a una mujer que le pide fragmentos de obras teatrales; la narradora Andrea Ortuzar canta algún que otro romance; a Mamen Hidalgo una niña incluida en el programa le pide un cuento de un gato y ella accede a este deseo…

Del otro lado, una maestra jubilada le habla de Gloria Fuertes a Raquel Gómez, también maestra y cuentera, un afortunado cruce de caminos. Aurora Maroto cuenta un cuento a un hombre sin hogar que le aconseja que viva la vida a tope y le dice que contará a su hija esa historia que le ha regalado.

A la mujer invidente a la que llama Estrella Escriña, el romance que le ha recitado le ha hecho regresar a su infancia, recordando el “Romancero gitano” de Lorca que se sabía de memoria. Concha Real narra, pero también escucha a una mujer mayor que le recita poemas escritos por su difunto marido. Mientras a Roberto Mezquita un señor muy parlanchín le ha contado una excursión al Machu Picchu…

El narrador Juan Madrid habla con otra señora mayor, también ciega y muy sola. Dice que le contagia optimismo y ganas de vivir. Al narrador Simone Negrin una señora mayor le lee varios capítulos de la Biblia y otro hombre “de los martes” le habla de cine.

A Elia Tralará, una señora de más de 90 años le cuenta que ha aprendido a leer en la escuela para mayores a la que asistía hasta que la pandemia paró el mundo. A Mar del Rey le cantan jotas y hasta le han propuesto matrimonio entre bromas y veras. La cuentera peruana Mar Amado, por su parte, intercambia recetas de cocina e historias de su país con una compatriota.

Como veis, son más que interesantes las anécdotas. Y no están todas. Porque podría ser una lista inabarcable de historias compartidas de todo tipo. Anécdotas y vivencias que permiten espantar la soledad durante estos tiempos difíciles, que lo son más para unas personas que para otras.

Pronto llegará junio. Con él, los narradores y narradoras participantes colgaran los teléfonos de estos “Cuentos para acompañarnos”. Lo harán con la esperanza de que las personas a las que han llamado sigan acompañadas y arropadas por las historias. Mientras, nosotros seguiremos llenando nuestras maletas de cuentos para lanzarnos a recorrer nuevos caminos y seguir contando. Porque de eso se trata. De contar. De escuchar. De compartir. De acompañarnos.


NARRADORES/AS PARTICIPANTES:

Ailama, Andrea Ortúzar, Ángeles Goás, Anselmo Sainz, Aurora Maroto, Beatriz Aguado, Concha Real, Cristina Mirinda, Elena Pérez , Elia Tralará, Esmeralda López, Estrella Escriña, Israel Hergón, Juan Madrid, Laura Escuela, Loreto Pitera, Maísa Marbán, Mamen Storyteller, Mar Amado, Mar del Rey, Mario Cosculluela, Paula Carbonell, Raquel Gómez, Raquel López, Roberto Mezquita, Silvia Mascaray, Silvina Rodríguez, Simone Negrín, Sofía Volvoreta

COORDINADORAS:

Elia Tralará y Mar del Rey

ENTIDADES PARTICIPANTES:

Solidarios para el Desarrollo, Cruz Roja, Fundación Grandes Amigos, Asociación Ikal, Amics de la Gent Grand


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