“Haba contada” es el sobre nombre que me conecta con el lugar que me vio crecer: Elche, una ciudad en la que comer unas habas mientras conversas es un pequeño gran placer, como lo son para mí todas las identidades que me construyen.
Vengo del mundo de la Sociología y de la Antropología y mi primera identidad se crea en el ámbito de la educación universitaria. El trabajo en el aula es una constante oportunidad para practicar y seguir aprendiendo sobre comunicación oral y escrita, y la investigación y su divulgación, me abren nuevos caminos para explorar y aplicar la narración oral. Fruto de ello nace la performance artística “Mi cuerpo concéntrico”, inspirada en una investigación sobre el auto concepto del cuerpo en la mujer a través de la fotografía.
Otra de mis identidades aparece al comenzar a escribir. Como escritora de ficción, he publicado varios cuentos ilustrados (“E-U-logio Caracol”, “El Mágico Árbol del Zanacotón”, “Galería de seres desordenados”, “Romualda, la pelusa de los libros”, “Corcholisa Torbellina y el mundo” y “¡Achucha al chucho!”), un libro de poesía ilustrada (“Tiritas del tiempo”) y otro de relatos cortos sobre diversidad afectivo-sexual, “42 aceras (+La acera de enfrente). Un libro diverso”. Me gusta entender los cuentos como historias sin edad que pueden ser disfrutadas por todo tipo de público, por lo que me adoro el reto de combinar estilos y contenidos ajustándolos al contexto. Y es así como mi identidad crece a través del motivo por el que formo parte de MANO: porque en 1999 la narración oral se cruzó en mi camino para abrirme un mundo nuevo.
Además de escribir y contar me gusta jugar con las historias a través de talleres creativos que acompañen a las contadas, así como sesiones de acercamiento a la escritura y la narración en contextos educativos.
Porque toda la vida es cuento y los sueños, cuentos son.