Apasionada de este mundo mágico que son las historias narradas de viva voz, escribo y narro cuentos por puro placer.
Crecí acompañada de montones de hermanos y hermanas, tanto de carne y hueso como de letras y papel. Éstos últimos eran los cuentos en verso de mi abuelo, los primeros que aprendimos todos en casa. Yo no hago versos como él, pero sí creo personajes, la mayoría imposibles, mágicos, animados o incluso poco dados a ser considerados personajes de cuento, como un pelo, el humo o una máscara de carnaval.
Me gusta recrear mitos, cuentear la historia y llevar por el mundo los cuentos de Colombia, el país de los siete colores, mi tierra. Me gusta contar cuentos en clave de mujer.
Cuento a gente de todas las edades, muchas veces acompañada por “trastos” de elaboración artesanal.
Me formé en narración oral con Héctor Urién y Maisa Marbán; hice algo de teatro con Arantxa de Juan; improvisación cuentera con Karla Sepúlveda e improvisación a secas con Benjamin Nathan-Serio en Mad Improv. Aprendo cada día de grandes narradores que cuentan en Madrid.